Por Santiago Ocampos
La Biblia es un libro utilizado por las confesiones cristianas y posee una riqueza colosal fruto de la voluntad de Dios, para aquellos que creen que es palabra revelada, y del esfuerzo humano colectivo e individual. Es también el testimonio y la búsqueda de un sentido de la vida que se traduce en múltiples expresiones y miradas posibles. Sobre este dilema divagan tanto el estudioso como el obrero.
En este legado de libros que construyen el cuerpo bíblico encontramos diversas manifestaciones del espíritu humano compuestas en diferentes estilos literarios. Mitos, narraciones extraordinarias, palabras sabias, mártires y hasta ensoñaciones violentas tejen los significados en los que se vislumbra la soledad del hombre frente al misterio que lo rodea.
La Biblia está organizada por separaciones arbitrarias lo que permite una mayor comprensión, por cierto limitada porque el hombre, a pesar de tener los cinco sentidos, posee un registro de la naturaleza escaso; apenas podemos tomar noción de lo que sucede alrededor nuestro. En este aspecto, es interesante destacar el esfuerzo pedagógico, que muchos de los autores anónimos desarrollan, para lograr que el pueblo sea consciente de la magnitud del mensaje donado.
Como se puede observar en el estudio de los Salmos, muchas de las realizaciones de la Biblia pertenecen a la creación de un cuerpo polifónico, que va colocando con precisión y piedra a piedra su experiencia con lo trascendente. Incluso el Nuevo Testamento es el resultado de una fuerte conjunción social aunque finalmente el que firma es una sola persona. La experiencia volcada en los textos contiene un fuerte carácter colectivo.
Las narraciones míticas del Génesis, que parten de una realidad subjetiva están teñidas por el pensamiento propio del autor de ese entonces. Son el intento de simbolizar el constante caminar del hombre con sus angustias a cuestas y sus dilemas existenciales. Así Abraham, al partir de la casa de su Padre, manifiesta su fragilidad y su impotencia frente a la majestad del misterio a lo largo de toda su vida y se pregunta una vez tras otra por qué seguir.
La Biblia, además de ofrecernos la alternativa de darse a conocer por la vía científica a través de las herramientas de la teología, también propone la poesía como otra rueda de auxilio. La intuición permite nombrar sin palabras y acerca un entendimiento a la mesa de estudio, que involuntariamente nos permite acceder a ciertos conocimientos velados por la incapacidad de la razón humana.
La Encarnación de la Palabra es un hecho real al que sólo podemos asistir con las palabras que iluminan la intimidad del momento. Sólo la palabra logra trascender con toda la ternura de la imagen. Basta un puñado para llegar a ese instante crucial. La Biblia demuestra que la oración al pronunciarse vulnerable se vuelve poesía y voz de los peregrinos.
Luis Heriberto Rivas en su diccionario, nos presenta una profunda guía para abordar el camino del encuentro con las palabras. Numerosos significados se multiplican y se suceden en busca de aquello que todos perseguimos: el sentido de la vida. Proponer y motivar el estudio bíblico dignifica la tarea humana por hallar en la hondura del corazón como en el de la sociedad, un encuentro verdadero con aquello que se revela en amor y dulzura.
Con un vocabulario claro, el autor nos invita a ser peregrinos del significado y nos sumerge de improviso en la semántica bíblica. Forjado por sus años de experiencia y con avezado paso, este diccionario nace de su deseo de compartir, con aquellos interesados en iniciar la ardua labor de transmitir una herencia de más de dos mil años. Herencia que despertó ásperas discusiones al calor de un fuego bajo las estrellas desde tiempos inmemoriales y que continúa hoy cuando al abrir un libro tenemos la misma necesidad de encontrar una respuesta.
*Monseñor Rivas es sacerdote de la Arquidiócesis de Buenos Aires, nacido en 1933. Licenciado en Teología (Facultad de Teología de la UCA) y en Sagradas Escrituras (Pontificia Comisión Bíblica del Vaticano). Autor de numerosos libros, biblista mundialmente conocido, actualmente es director de la Revista Bíblica argentina.
1 comentario:
Que buenas las aclaraciones de este artículo. Este libro qe rara vez falta de las bibliotecas, es una incógnita para los que no creen en lo trascendente.¿por qué sigue vigente despues de miles de años? Si ponemos atención en su lectura, vemos que alli la presencia del Amor, trasforma "los corazones de piedra en corazones de carne"
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