sábado, 16 de octubre de 2010

Los silencios de las formas –Comentario a la poesía de Erika Meier*-

Por Santiago Ocampos

Erika Meier es una escritora que plasma las imágenes de sus palabras como si estuviera pintando sobre un lienzo o creando de la nada, con sus manos sobre la materia, una forma que busca un nuevo símbolo. Su tarea artística es encontrar y romper el cascarón semántico de la palabra para darle una plenitud significativa distinta. Hacedora de la abstracción, el mundo que refleja en los colores de su imaginación intentan descifrar, sin juzgar, el alma de cada uno de sus personajes.

Con cierta premura inspiratoria, desarma sus pensamientos sobre la trama literaria en el que se reinventa con prisa, con dolor y con sensaciones confusas. Con un estilo que se acerca a un estado de ensoñación, la realidad interior es trazada por los vaivenes anímicos del amor, que ha dejado una huella invisible, cual si caminara del pasado engañoso a un futuro posible.

Las personas retratadas en estos versos giran alrededor de un mismo eje: la desazón frente a una pregunta cuya respuesta es el vacío y la ausencia. La enajenación, frente a la experiencia del dolor vivido, se hace presente con un discurso a veces ácido, que intenta escarbar en una profundidad que sólo existe por el esfuerzo de olvidar lo que alguna vez fue una oportunidad o bien una presencia concreta.

Las constantes emociones son traducidas en reflejos sórdidos, que describen el paso abrumador de la soledad que se convierte en una fiel compañía. De esta forma el sentido del poema es desnudado hasta dejarlo sin ropas; sin más que un puñado de luces que apenas crean la intimidad suficiente para una confesión.

El vocabulario utilizado puede sonar apoético en muchos casos. Sin embargo el uso de vocablos como tóxico, ósmosis, shock, son dispuestos con inteligencia y adquieren, dentro del contexto planteado y por el impulso de la autora que los hace estallar en la boca del lector, múltiples significados a la vez que el ritmo toma velocidad.

El amor es un sentimiento alienante. Se toma conciencia de él por medio de experiencias como el saberse desilusionado o bien por medio de una ensoñación. Se manifiesta espeso de lágrimas que al imprimirse en las hojas en blanco, permiten percibir el calor de sus pocas estrellas. El quehacer del poeta es escrito, narrado y descripto como el de un cronista del delirio que pide clemencia.

Erika Meier con su poetizar se sumerge en el mundo enajenado de la condición humana. En él no prima la metáfora pura, enamorada, embelesada, al contrario, lo que sus ojos nos hacen ver es la tristeza de una calle, la imagen de una mujer furibunda y la paciencia de la amante que calla y va a dejar morir su amor a un lugar solitario.

Con las estrellas brotando recién de la noche, Erika Meier no olvida la primacía de su corazón por las artes plásticas y por eso sus manos, sabedoras del oficio, se hunden profundamente en un charco de colores para comenzar a acariciar la textura de las palabras con las que va tocando la vida y que al reflejarse en la pronunciación del silencio creador encuentran en el movimiento intelectual del artista su propia forma.

*Erika Meier nació en Lima, Perú el 22 de marzo. Estudió artes plásticas en la Escuela de Artes Visuales Edith Sachs y en la Escuela Superior de Bellas Artes de Corriente Alterna. En 2008 Tranvías Editores publicó su primer libro de poemas “Contra el hilo de tu materia”. Para mayor información de la autora y su obra puede remitirse a su blog: www.erika-meier-q.blogspot.com o bien pueden encontrarla en Facebook.


Escarbo

entre mis símbolos y su simpleza

Aún sujetan mi integridad

súbitamente descarto espejismos

Invicta anudo

la corrosión

te traduce

Preciso estallido

tu custodia

frontalmente me desbarato

de tu inclemente mira.

Erika Meier


2 comentarios:

quetzalina dijo...

Otra vez iluminás el comentario con tu propia poesía
Sigo atenta el camino del blog, porque leerte es penetrar en el mundo de la literatura con ventaja,desvistiéndonos del rudo ropaje de hollín y humedades de la gran ciudad.

Susi DelaTorre dijo...

Una gran poetisa, llena de rudas dulzuras, pinceladas y versadas.

Gracias por elegir esta entrada y el enlace que muestras, Santiago.

¡Cordiales saludos!