viernes, 18 de enero de 2013

Hemingway



Por Santiago Ocampos

La luz contra la frente 
las palabras rotas por la imprudencia de las manos
la inspiración que llega a duras penas
 una figura dibujada contra los propios sentidos
atropellada de visiones, ternura y ron
la camisa desabrochada por  las sombras
un país tan grande como China el cielo para él
los barcos que son tragados uno a uno
por las olas violentas que evoca con placer
otro poco de ebriedad  y es un jardín babilónico
 con aliento a estrellas que huelen a caballos
 todo es un lento mecer a la creación, un peregrinar
del señor que se estrena con un beso secreto
 la mirada fija en el camino que sube al final
de la novela en la que sobreviven todos por culpa de él
 con el final de sus días emprende con todo su peso
quizás, tal vez, la última corazonada de inspiración
exhausto sobre las arenas calientes
 muerto de sed
  dejando caer su cabeza sobre las páginas abiertas.

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