lunes, 16 de diciembre de 2013

POESÍA MUNDIAL: MÉXICO (GRUPO A) DIEGO RIVERA Y FRIDA KAHLO

Diego Rivera y Frida Kahlo

Por Santiago Ocampos

Teñidos. Inmersos. Zambullidos. Zampados por la mano del artista. Robados de la alquimia primitiva. Porque no hay nada para escribir y están sus ojos. Sus manos a punto de tocarse. De estrecharse como si eso les diera motivos para despertar. Para apaciguar las ansias de verme. Hermosos. Relucientes. Empapados. Ebrios. Amores de vuelos escarchados por la luz de la madrugada. Funámbulos. Espectáculo. Actores de la misma escena. Hablando. Parodiando. A punto de tomarse los labios. Pacto. Escrito. Confabulación. El pelo sintiendo el aire. El invento. La yuxtaposición con la realidad. El chocolate partido en la mesa del retrato. Hijos de la nada. Pedazos de papeles reventados. Cortados por un hacha. La niñez en sus rostros. En el pigmento azul. Como una mancha recrean el pasado. El presente. El futuro violento. Enajenados. Soberbios. Bestiales. Columna de un diario local. Locos. Orbita celestial. Planeta por descubrir. Allí están con la gracia. Bostezando. Esperando. Demenciales. Tribunos de la plebe. Cualquier cosa puedo decirles. Ideología pura del verso. Lingüistas de Copenhague. La belleza los ilumina. Un ajedrez antiguo es la tierra donde sus pasos se quedan equilibrados sobre el aire. Bebiendo el café y el aroma del pan. Desnudos de realidad. En la lengua el paradigma verbal tengo esbozado. Desnudos en otra cartografía. En otro tiempo. Montados. Superpuestos. Formas geométricas. Ensoñación del pensamiento. Callejuelas de Gauguin. Sexuales. Ardientes. Perennes. Eternos. Entramados. Magos. Parejas con un dejo de poesía. Abandonados. Mayúsculos. Letrados. Griegos. Posados en la tela. A punto de ser. Por encima de los techos. A punto de ser expulsados del paraíso. Sofocados. Acalorados. Untados de óleo. De pintura. A punto de ser proyectados sobre el fuego. Condenados por la inquisición. Exhumados. Apaleados. Van cayendo sus rasgos. Van tomando la sombra de una mujer a la que se amó. Van rodando por el instinto apurado. Por el trazo menos firme. Trepando por las murallas de la piel. Por la hinchazón del pincel. Por la herida espontánea de la lágrima marítima de la sensibilidad. Despedidos. Catapultados a la mortalidad del artista. A la jactancia del instante. Al vacío. Caminan tibiamente abandonando el mundo.




POESÍA MUNDIAL: MÉXICO (GRUPO A) OCTAVIO PAZ


(Ciudad de México, 1914-id., 1998) Escritor mexicano. Nieto de escritor (Ireneo Paz), los intereses literarios de Octavio Paz se manifestaron de manera muy precoz, y publicó sus primeros trabajos en diversas revistas literarias. Estudió en las facultades de Leyes y Filosofía y Letras de la Universidad Nacional.

Silencio

Así como del fondo de la música
brota una nota
que mientras vibra crece y se adelgaza
hasta que en otra música enmudece,
brota del fondo del silencio
otro silencio, aguda torre, espada,
y sube y crece y nos suspende
y mientras sube caen
recuerdos, esperanzas,
las pequeñas mentiras y las grandes,
y queremos gritar y en la garganta
se desvanece el grito:
desembocamos al silencio
en donde los silencios enmudecen.

POESÍA MUNDIAL: MÉXICO (GRUPO A) ARMANDO MANZANERO

Armando Manzanero nació en 1935 en Ticul, Yucatán, Cantautor, Cantautor, músico, compositor y productor musical mexicano. Ha escrito más de 400 canciones, de las cuales más de 50 han alcanzado fama internacional, como "Somos novios" y "Esta tarde vi llover". Ha participado en numerosos programas de radio y televisión, ha grabado más de 30 discos y musicalizado numerosas  películas.

Escuchá "Somos novios"

martes, 10 de diciembre de 2013

POESÍA MUNDIAL: CROACIA (GRUPO A) LANA DERKAC

Lana Derkac nación en Požega en 1969. Graduada en la Facultad de Filosofía y Letras de Zagreb. Escribe poesía, prosa, dramas y ensayos. Ha recibido varios premios. Sus obras han sido presentadas en antologías, panoramas y compilaciones en Croacia y en el extranjero.
Ha participado en diferentes festivales poéticos y reuniones literarias en Croacia, Macedonia, Rumania, Malasia, Hungría, Polonia, India, México, Chipre, Bélgica entre otros. Sus textos han sido traducidos a catorce idiomas.




CONTRATO CON EL POLVO 
El tiempo hincha el silencio
y me asienta en el polvo como a una carta
Vivo con el polvo
Hasta firmamos
mutua pertenencia, especie de contrato
En la mañana el polvo y yo
detenidos en las fracciones del lunes
parece que ayunamos
a turno
Pero es completamente móvil
su eterna bandera
Piensas ¿quién fue
el que clasificó el polvo en las recámaras?
El polvo es persistente e infinito
De nada te vale esperar su desaparición
al fin del milenio
porque se multiplica
Todos los estados son suyos
a pesar de todo, su himno es inaudible
En la superficie e trabajo de la cocina
lo coleccionas como a la manzanilla regada
para el té.

YUCATÁN HA RENOVADO LAS PLAYAS POR LOS CUERPOS
(Jukatan je obnovio plaže po tijelima)
 Y los silencios se reconocen entre sí por su rango.
La piedra es un ciego de cuerpo liso.
Sólo la luz transforma las lengüetas de las olas
en  procesión visible que pasa el Atlántico            
y trae el sonido.
Yucatán ha remodelado la playa según nuestros cuerpos.
Tantas bahías que las olas difícilmente encuentran
las escaleras secretas y por ellas hasta más fácilmente suban
con voces o el crepúsculo que por la piel.

Y aunque reconoce y en la oscuridad,
 Dios en el alba de nuevo aumenta la luz.
Y es el único quien no necesita espías
o a quien nadie le pregunta porqué
ha elegido justo esta parte del día
para tal cosa.  
Creo que podría conservar una única
expresión, como si el rostro fuera un fósil,
a pesar de los cambios en la Tierra,
en el Universo.
Pero, no quiere.
Es suficiente que se incline sobre alguno de los mares
y en cada isla reconoce al pájaro
que, así como así decidió quedarse ahí.
Y se entrega a la placidez.

 LA EXTENSIÓN DEL ROSAL
(Protezanje ružičnjaka)
 Cada vez cuando la inquietud hechiza la casa,
sueño que las sillas de la cocina son  
dos lápidas sostenidas sobre el amor
y parece que debajo de los azulejos están dos
pequeños túmulos.

La cocina está oscura y espero que un ángel
de nuevo me ponga la calma en los cabellos como un bálsamo.
Cuando apunta el sol a la ventana y miro mejor,
las rosas crecen del mantel,
se extienden por el encaje de la cortina y continúan
de repente verdes y ahora, de flores apagadas,    
a través de la baranda del balcón.
¡Como a fuerza borran las fronteras alcanzando y el jardín!

Las rosas caseras a veces escapan de la mesa
o les aburren los ejercicios cerca a la ventana
y hacen una corta excursión hasta la lavadora de ropa.

Aquellas de fuera en la manifestación del rosal
reclaman al patrón la falta de cascajo
en el sendero.
Y, sin duda, de vez en cuando son capturadas en la
ceremonia en la que reciben sacramentos

increíblemente secretos.

POESÍA MUNDIAL: CROACIA (GRUPO A) IVÁN MESTROVIC

Ivan Meštrović (1883 –  1962) fue un escultor yugoslavo de origen croata. Es considerado posiblemente como uno de los más grandes escultores religiosos desde el Renacimiento, la primera persona en hacer una exposición individual en el Metropolitan Museum of Art en New York City.



sábado, 7 de diciembre de 2013

POESÍA MUNDIAL: BRASIL (GRUPO A) ; CAETANO VELOSO


CAETANO VELOSO

por Santiago Ocampos

con un poco de noche,
 va tomando forma el señorío 
del señor trovador sobre las musas 
y sobre las costas inundadas de mar y mujer, 
conjunción de sombra y guitarra 
que nace como una idolatría de sol y bandera 
para pelear las estrellas 
que una a una 
estremecen la caricia pavorosa del deseo, 
batalla personal para que no acabe aquella mirada 
que inspira todo,  
para que no  acabe el vino sobre la mesa, 
para que la ternura no termine 
y no vuele el recuerdo evocado.

Escuchá: Voce e linda de Caetano en este link 

POESÍA MUNDIAL : BRASIL (GRUPO A) ; OSCAR NIEMEYER

OSCAR NIEMEYER

Arquitecto nacido en Río de Janeiro (Brasil) en 1907, recibió en 1989 el Premio Príncipe de Asturias de las Artes, falleció el 5 de diciembre de 2012 a los 104 años de edad. Su obra habla por él, poesía pura.




POESÍA MUNDIAL : BRASIL (GRUPO A) ; Clarice Lispector

SILENCIO

Por Clarice Lispector

Es tan vasto el silencio de la noche en la montaña. Y tan despoblado. En vano uno intenta trabajar para no oírlo, pensar rápidamente para disimularlo. O inventar un programa, frágil punto que mal nos une al súbitamente improbable día de mañana. Cómo superar esa paz que nos acecha. Silencio tan grande que la desesperación tiene vergüenza. Montañas tan altas que la desesperación tiene vergüenza. Los oídos se afilan, la cabeza se inclina, el cuerpo todo escucha: ningún rumor. Ningún gallo. Cómo estar al alcance de esa profunda meditación del silencio. De ese silencio sin memoria de palabras. Si es muerte, cómo alcanzarla.
Es un silencio que no duerme: es insomne; inmóvil, pero insomne; y sin fantasmas. Es terrible: sin ningún fantasma. Inútil querer probarlo con la posibilidad de una puerta que se abra crujiendo, de una cortina que se abra y diga algo. Está vacío y sin promesas. Si por lo menos se escuchara al viento. El viento es ira, la ira es vida. O nieve. La nieve es muda pero deja rastro, lo emblanquece todo, los niños ríen, los pasos resuenan y dejan huella. Hay una continuidad que es la vida. Pero este silencio no deja señales. No se puede hablar del silencio como se habla de la nieve. No se puede decir a nadie como se diría de la nieve: ¿oíste el silencio de esta noche? El que lo escuchó, no lo dice.
La noche desciende con las pequeñas alegrías de quien enciende lámparas, con el cansancio que tanto justifica el día. Los niños de Berna se duermen, se cierran las últimas puertas. Las calles brillan en las piedras del suelo y brillan ya vacías. Y al final se apagan las luces más distantes.
Pero este primer silencio todavía no es el silencio. Que espere, pues las hojas de los árboles todavía se acomodarán mejor, algún paso tardío tal vez se oiga con esperanza por las escaleras.
Pero hay un momento en que del cuerpo descansado se eleva el espíritu atento, y de la tierra, la luna alta. Entonces él, el silencio, aparece.
El corazón late al reconocerlo.
Se puede pensar rápidamente en el día que pasó. O en los amigos que pasaron y para siempre se perdieron. Pero es inútil huir: el silencio está ahí. Aun el sufrimiento peor, el de la amistad perdida, es sólo fuga. Pues si al principio el silencio parece aguardar una respuesta -cómo ardemos por ser llamados a responder-, pronto se descubre que de ti nada exige, quizás tan sólo tu silencio. Cuántas horas se pierden en la oscuridad suponiendo que el silencio te juzga, como esperamos en vano ser juzgados por Dios. Surgen las justificaciones, trágicas justificaciones forzadas, humildes disculpas hasta la indignidad. Tan suave es para el ser humano mostrar al fin su indignidad y ser perdonado con la justificación de que es un ser humano humillado de nacimiento.
Hasta que se descubre que él ni siquiera quiere su indignidad. Él es el silencio.
Puede intentar engañársele, también. Se deja caer como por casualidad el libro de cabecera en el suelo. Pero, horror, el libro cae dentro del silencio y se pierde en la muda y quieta vorágine de éste. ¿Y si un pájaro enloquecido cantara? Esperanza inútil. El canto apenas atravesaría como una leve flauta el silencio.
Entonces, si se tiene valor, no se lucha más. Se entra en él, se va con él, nosotros los únicos fantasmas de una noche en Berna. Que entre. Que no espere el resto de la oscuridad delante de él, sólo él mismo. Será como si estuviéramos en un navío tan descomunalmente grande que ignoráramos estar en un navío. Y éste navegara tan largamente que ignoráramos que nos estamos moviendo. Más de eso, nadie puede. Vivir en la orla de la muerte y de las estrellas es una vibración más tensa de lo que las venas pueden soportar. No hay, siquiera, un hijo de astro y de mujer como intermediario piadoso. El corazón tiene que presentarse frente a la nada sólito y sólito latir alto en las tinieblas. Sólo se escucha en los oídos el propio corazón. Cuando éste se presenta completamente desnudo, no es comunicación, es sumisión. Además, nosotros no fuimos hechos sino para el pequeño silencio.
Si no se tiene valor, que no se entre. Que se espere el resto de la oscuridad frente al silencio, sólo los pies mojados por la espuma de algo que se expande dentro de nosotros. Que se espere. Un insoluble por otro. Uno al lado del otro, dos cosas que no se ven en la
oscuridad. Que se espere. No el fin del silencio, sino la ayuda bendita de un tercer elemento, la luz de la aurora.

Después, nunca más se olvida. Es inútil intentar huir a otra ciudad. Porque cuando menos se lo espera, se puede reconocerlo de repente. Al atravesar la calle en medio de las bocinas de los autos. Entre una carcajada fantasmagórica y otra. Después de una palabra dicha. A veces, en el mismo corazón de la palabra. Los oídos se asombran, la mirada se desvanece: helo ahí. Y desde entonces, él es fantasma.

Pequeña Biografía
Clarice Lispector,  narradora brasileña nacida en Ucrania en 1920, de pequeña se trasladó con su familia a Recife. Después se instaló en Río de Janeiro, donde estudió derecho. Estuvo en Nápoles, trabajando en el hospital de la Fuerza Expedicionaria Brasileña, y después en Suiza y Estados Unidos. Su primera novela, escrita a los 24 años, Cerca del corazón salvaje (1944) la hizo merecedora del premio Graça Aranha. Después de publicar La manzana en la oscuridad (1961), despertó el interés de la crítica literaria, que la situó, junto con João Guimarães Rosa, en el centro de la ficción de vanguardia. En el contexto de la nueva literatura brasileña, su obra se destaca por la exaltación de la vivencia interior y por el salto de lo psicológico a lo metafísico. De su vasta producción literaria, desde La ciudad sitiada (1949) hasta La bella y la bestia(1979), merecen recordarse los cuentos Lazos de familia (1960, traducidos al español por Cristina Peri Rossi en 1988), La legión extranjera (1964), y las novelas La imitación de la rosa (1973), Agua viva (1977), La hora de la estrella (1977) y Un soplo de vida (póstuma, 1978). Murió en Río de Janeiro en 1977. 

jueves, 5 de diciembre de 2013

Poesía segunda

Por Santiago Ocampos

Con la noche y unos sueños
camina ella descalza por la dulzura
que dibuja mi palabra
sobre las pocas cosas que quedan libres
con el silencio y otros recuerdos,
que ruedan por la piel,
por la memoria, por la valentía,
por la tarde que no pasa nunca.