jueves, 8 de diciembre de 2011

Sobre el compromiso del lector - Pensamientos del año que pasó

Por Santiago Ocampos -CEC-


En un año atravesado por las elecciones políticas, la crisis económica de Europa y la Cumbre sobre el Cambio Climático de Durban, la poesía fue tapa de los diarios mundiales. La obtención del Premio Nobel por parte de Tomas Transtromer , sueco, poeta y Nicanor Parra,  el “antipoeta” chileno que obtuvo el Premio Cervantes a sus 97 años.
La literatura como fenómeno comunicativo de la belleza, ha estado siempre dividida por las aguas de quienes  propugnan un fuerte compromiso social y quiénes se han mantenido al margen. Las acusaciones de ambos contendientes han originando excelsos momentos poéticos. Pienso que un hombre que recibe el don de la palabra debe estar a la altura de su tiempo, ser fiel con aquellos que, de alguna forma misteriosa, son la esencia de sus cuentos, novelas o poesías.
Podría mencionar a Vargas Llosa, a Mario Benedetti, a Pablo Neruda, a Rubén Darío, a José Hernández, a Naguib Mahfuz, a  Juan Gelman, quienes con su constante hacer y deshacer palabras fueron formando mapas políticos en sus escrituras. Dibujaron estrategias y llevaron sueños al pueblo como las mujeres, que en muchos lugares de África, llevan sobre sus cabezas el agua para sus quehaceres domésticos.
Si bien la tarea de un escritor no es necesariamente la de tomar una bandera política. El poeta es un hombre que responde a su comunidad a través de las diversas cosas que escribe. No sin perderse, a veces, en el fuego de la inspiración, su pensamiento plasma todo aquello que percibe en el contexto en el cuál escribe. Miedos, inseguridades, hechos históricos, crisis económicas pasan y se transforman en las manos de los aventureros de la palabra.
En mayo, en la Feria del Libro, en la que participamos varios escritores amigos, observamos la gran cantidad de personas que asistieron. Hormigas que recorrían, que palpaban, que olían entre las imágenes y las letras. Acercarse a la lectura, a los libros de papel,  a los electrónicos, nos conecta con la existencia. La literatura es un fruto humano porque es hermana de la solidaridad, del quiero y del puedo. Reconoce al hombre en su dimensión trascendente.
El Círculo de Escritores, cada año afianza su compromiso en pos de la cultura y el desarrollo local. Sin circunscribirse a banderas políticas, actúa en Cipolletti y en la región como una asociación intermedia que permite a cada uno de sus integrantes, expresarse libremente y manifestar sus inquietudes artísticas. Actividades en las escuelas, en comedores infantiles, permitió constituir a la literatura una portadora genuina de valores abriéndole las ventanas de la imaginación a los jóvenes cipoleños.
Asumiendo con valentía la tarea de nombrar planetas, geografías, realidades humanas en un mundo donde priman los discursos vacíos, las falsas promesas y la velocidad,  practicar la poesía es al mismo tiempo un ejercicio de amor, un acto de cordura,  una esperanza encendida. Creemos en esto y por eso escribimos.